Todos los años y por encargo de distintos organismos públicos y privados, la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos Enólogos de Chile (ANIAE), por encargo de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) elabora investigaciones acerca de la industria nacional del vino con el fin de aportar activamente al desarrollo vitivinícola del país. En ese marco, la asociación elaboró recientemente el Informe de Previsión de Vendimia 2024, en base a encuestas aplicadas durante los meses de diciembre de 2023 y febrero de 2024 a productores a lo largo de los valles vitivinícolas de Chile. Lo anterior, con el objetivo de entregar una tendencia aproximada respecto a parámetros climáticos y productivos que permitan estimar cómo viene la vendimia 2024 en términos de producción de uvas viníferas.
Además de las encuestas, para elaborar el informe, ANIAE obtuvo la información meteorológica de diferentes fuentes nacionales como el Ministerio de Agricultura, trabajando específicamente con los Boletines de Coyuntura Agroclimática, la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), la Dirección General de Aguas (DGA) y las estaciones meteorológicas de la red Agromet pertenecientes al Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA), para localidades ubicadas entre las regiones D.O. Valle de Copiapó y Valle de Osorno, así como datos obtenidos de las estaciones de la red Agroclima.
El documento señala que, desde el punto de vista agroclimático, la temporada 2023-2024 se presenta con condiciones disímiles entre las regiones del norte y las zonas centro y sur del país.
En las regiones de Atacama y Coquimbo la condición de sequía producto de las escasas precipitaciones en el invierno de 2023 hace esperar disminuciones en la producción de uva hasta en un 30% respecto a la vendimia 2023. Por otro lado, la condición hídrica en la región vitícola de Aconcagua se presenta mejor que en los últimos cinco años, por lo que en los viñedos que no fueron afectados por heladas de los valles de Aconcagua y de San Antonio, se espera una mantención de la producción e incluso lograr un 10% de aumento en la cosecha. También en el valle Central, la alta precipitación durante el invierno ha generado un buen estatus hídrico para los viñedos al inicio de la temporada, por lo tanto, se espera mantener la producción y alcanzar aumentos de hasta un 10% en viñedos del valle de Colchagua.
En el valle de Curicó la previsión es bastante disímil. Se espera una cosecha que estima viñedos con un 20% de disminución de la producción vitícola hasta viñedos que esperan aumentar en un 30% respecto a la vendimia anterior, dada la buena condición hídrica del valle.
Los valles costeros de Casablanca y San Antonio presentaron heladas de primavera, comprometiendo el rendimiento de los viñedos afectados desde un 5% a un 50%. El informe señala además la ocurrencia de heladas tardías principalmente en los valles de Itata y Biobío, que, pese a la buena condición hídrica, resulta en una potencial disminución de la cosecha de uvas en el Biobío por sobre un 50% respecto a la temporada anterior. A su vez, el valle del Maipo ha presentado viñedos sanos, con buena condición hídrica y un desarrollo de los estados fenológicos dentro de lo esperado, sólo con algunas complicaciones de presencia de heladas en las zonas cordilleranas.
Las encuestas realizadas revelan el arranque de viñedos en los distintos valles, mayormente asociado a una baja de la rentabilidad, seguida por otros motivos como la edad de los viñedos, mala condición fitosanitaria, bajos rendimientos y compleja condición hídrica. Entre las variedades blancas arrancadas destacan el Chardonnay y el Sauvignon blanc, así como el Cabernet Sauvignon entre las tintas. Por otro lado, informan nuevas plantaciones de Cinsault en el valle de Itata, Cabernet franc, Cabernet Sauvignon, Carmenère y Chardonnay en el valle del Maipo, así como de las variedades Malbec y Merlot en el valle del Maule.
En cuanto a los eventos mayores que afectaron a los viñedos en los distintos valles vitivinícolas del país, el informe señala los incendios en verano, que afectarían hasta el 5% de la producción en el valle de Casablanca por efecto del humo. En Itata y Biobío destaca el arranque de viñedos a raíz de los incendios de la temporada anterior. Adicionalmente, las inundaciones de invierno del año 2023 han provocado una disminución de entre el 5% y el 10% de la producción respecto al potencial del viñedo, afectando principalmente los valles de Cachapoal, Colchagua y Maule. A raíz de las olas de calor, que generaron temperaturas sobre los 30 °C en los valles vitivinícolas, en el valle de Curicó hasta un 20% de la producción podría verse afectada, especialmente en las variedades Chardonnay y Pinot noir, mientras que en el Maule las cepas Chardonnay, Cabernet Sauvignon y Merlot alcanzarían hasta un 40% de mermas. El documento apunta que, en algunos casos, las olas de calor duraron hasta 5 días, con temperaturas extremas a fines de enero e inicios de febrero, que han llevado a un desarrollo más rápido de los estados fenológicos y consecuentemente a una cosecha anticipada.
Durante los próximos meses, ANIAE estará trabajando en el Informe de Vendimia para confirmar los datos que prevé el informe recientemente publicado. Para nuestra asociación, elaborar esta investigación ha sido una manera efectiva de aportar al desarrollo de la industria del vino de Chile.
(Aniae)
Fuente: todovinos.cl